Un mensaje de Curadas

Hay recuerdos tan claros, tan reales, que son como fantasmas de los vivos.
Recorres la casa y los hijos ya no están. Ni sus amigos. Ni sus desórdenes, ni sus ruidos.

Te paras a orinar y puedes ver los fantasmas de los vivos.
Ahí los ves jugando de nuevo, a esos niños ya crecidos.

Y sabes que cuando vengan a visitar serán de tu tamaño, o más altos.
Aunque los sigues recordando como niños.

Pensar que apenas anoche los viste jugando tan pequeñitos en el pasillo.

Así entiendes que no estabas equivocado cuando querías parar el tiempo, o al menos, hacerlo pasar más lento.

De pronto recuerdas a tu mamá diciéndote que siempre serás su nené, y algo tan obvio como que siempre serás su hijo.
La mía siempre tuvo miedo a los espantos.

Yo pensé que nunca les tendría miedo. Y es que jamás los había visto.
Y por más que escuché a mi vieja, nunca le había creído.

Hasta qué llegó la soledad y con ella empecé a ver a los fantasmas de los vivos.
«Yo me he acostumbrado a la soledad.
Y sé que debo poblarla de fantasmas, de cuentos, de fábulas, de poemas.»
-Jorge Luis Borges
Llama a tus padres, visita a tus abuelos, contacta a ese viejo amigo.
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Mensaje creado por Sociappeal para Curadas
Texto original de Newman Viloria